La importancia del entorno familiar en el adolescente con diabetes
Hoy nos dirigimos a vosotros: la familia. Porque este mes estamos conociendo diferentes entornos de la Generación Diguan que nos están contando cómo es su vida con un diagnóstico de diabetes tipo 1 en casa. Nos han hablado de su debut, de cómo han afrontado su nueva realidad, su adaptación y sus cambios de hábitos. Y sí, esto ya no es nuevo para nosotros, nos han hecho valorar la "piña" familiar. Ese "todos a una". Porque la diabetes no sólo afecta al adolescente con DT1, también la sufre su entorno más cercano. La familia aporta el estilo de vida, es la que te enseña a comer, la que lidera los hábitos más o menos saludables. Por eso el núcleo familiar debe reforzarse con educación, apoyo médico, psicológico, tecnológico, etc., porque el buen funcionamiento del núcleo familiar hará que los adolescentes se enfrenten más fuertes a su día a día.
Como bien nos han contado, el debut es una revolución en casa. No se entiende qué está pasando y cuando te dan el alta en el hospital es frustrante pensar que ese diagnóstico será para siempre con noches en vela temiendo una hipoglucemia o el control excesivo de la alimentación. Cambios de hábitos a los que es mejor abrazar desde la educación, la serenidad y el apoyo social y emocional.
Toca ajustarse a la nueva situación:
- Afrontando el problema con serenidad. No hay culpables. La diabetes tipo 1 no es evitable. Cuando aparece solo hay una manera de hacerle frente: aceptarla.
- Buscando apoyo social y emocional. Inicialmente serán los profesionales quienes mejor pueden ayudar al paciente y a la familia. Posteriormente es interesante buscar vías de comprensión adicional como foros, blogs y perfiles sociales afines que serán de gran ayuda para afianzar el sentimiento de "no estar solo".
- Solucionar los problemas cuando aparezcan. Paso a paso. No vale agobiarse desde el principio con una montaña de posibilidades. Tened en cuenta que cada persona es un mundo y cada familia un universo. Si aparece un traspiés, bien físico o emocional, se afrontará según las condiciones particulares de cada uno y de cada familia.
- Aprender a gestionar las emociones. Tanto las del paciente con diabetes como las de cada uno de los miembros de la familia. En este sentido, no vale la sobreprotección o una excesiva indulgencia. Hay que saber diferenciar la enfermedad de la educación y el desarrollo del adolescente.
Cada miembro de la familia asumirá un rol y afrontará la diabetes desde una perspectiva diferente. Lo importante es no desvirtuar cada uno de esos roles y dejar de ser padre, madre, hermano o abuela porque se impone un diagnóstico de la diabetes con sentimientos de angustia, miedo o pena. Habrá cambios de hábitos, sí. Habrá un mayor control también. Pero el adolescente seguirá siendo adolescente y la familia y su entorno siempre estará ahí para apoyarle y quererle. Y en la Generación Diguan tendréis todo nuestro apoyo e inspiración. Para acompañaros en este proceso con serenidad y aceptación.
Referencias:
Guía de acompañamiento emocional para las familias de niños y adolescente con DIABETES.
Padres y hermanos del niño o adolescente con diabetes. Disponible: https://diabetesmadrid.org/padres-y-hermanos-del-nino-o-adolescente-con-diabetes