Yo tengo diabetes y mi familia también.
Tener Diabetes Tipo 1 no solo te condiciona la vida a ti sino a toda tu familia. La Diabetes Tipo 1 es una enfermedad crónica que cuando hace su aparición el debut es para todos: para quien la padece y para su entorno. Porque implica conocerla y adaptarse a sus envites que, en muchas ocasiones, serán imprevisibles.
El control glucémico y la incorporación de unos hábitos de vida saludables son la punta del iceberg de una escalada emocional que pasará por procesos de incertidumbre, desesperación, victimismo o incluso, de creerse especial. Cuando este debut te pilla en plena adolescencia, la montaña rusa pasa a ser de alto impacto.
El entorno más cercano, la familia, se convierte en un bastión de apoyo fundamental y habrá que enfrentarse a este proceso en equipo y con optimismo. No todas las familias se enfrentan a este nuevo universo de la misma manera. Las habrá sobreprotectoras, otras optarán por la permisividad para no contrariar al enfermo. Hay familias que sienten el peso de la culpa y otras se sienten abrumadas por la ansiedad. En cualquier caso, habrá que asumir que la Diabetes Tipo 1 ha entrado en casa y todos estamos en el mismo barco. Sí, yo tengo diabetes y mi familia también.
Desde Generación Diguán queremos ayudar al joven con diabetes y para hacerlo, debemos ayudar también a sus familias. Todos ellos pertenecen a nuestra tribu. Por eso el año pasado lanzamos la primera Guía de Acompañamiento Emocional para las familias de niños y adolescentes con Diabetes. Un documento imprescindible para entender la enfermedad, la abrumadora situación en la que se encuentra el adolescente que hace su debut, y cómo gestionar desde la familia, una nueva manera de vivir. Para él y para todos.
Os invitamos a descargaros aquí esta guía y ayudaros desde la profesional visión especializada de Gemma Peralta e Iñaki Lorente, dos psicólogos ampliamente reconocidos en esta área.
“Cada familia, cada hijo/a, vive la diabetes de una manera determinada. Pero tener unas claves de referencia como, por ejemplo, su momento evolutivo te puede ayudar a reflexionar sobre los porqués. Además, piensa que millones de niños y adolescentes antes que tu hijo/a han pasado por eso. El objetivo no es el de evitarle todo sufrimiento (ojalá pudiéramos hacerlo). Lo fundamental es intentar entender qué le ocurre y brindarle la ayuda que necesita para seguir creciendo sanamente con diabetes.
¿No es ese el motivo por el que estás leyendo esto?”
Iñaki Lorente.